Desinteresándome por completo la hagiografría como género (y ésta que nos ocupa más concretamente), tengo que reconocer que por muy virtual que sea, un retablillo debe contar por lo menos con la advocación a un santo. (Que yo sepa, ni el chico Garnier ni Sor Bernarda lo son todavía).
Me suelo referir despectivamente a mi blog con la expresión que da título a la entrada de hoy: retablillo virtual. Esta fotografía puede tener perfectamente más de 10 años y el personaje lleva un tiempo prudencial retirado de la actividad política. (Es efectivamente otra entrada fuera de contexto). Como suele ocurrir en muchas ocasiones, buscando otra cosa me he encontrado con este recorte procedente de El Mundo (periódico por aquellos días del tardofelipismo especialmente peleano/stromboliano).
Cuelgo el documento por mera sequía de contenidos y como homenaje al fotógrafo (cuyo nombre no constaba al pie) que consiguió hacer de una instantánea a priori inocente, una acertadísima caricatura.
Aunque el halo de santidad que adorne a Arzalluz sea la circunferencia exterior del anagrama de su propia agrupación política.
