He tenido la oportunidad de volver a ver La Boda de Muriel. Me ha vuelto a gustar contemplar el duro proceso que experimenta Muriel Heslop para llegar a ser Mariel Heslop-Van Arckle. Aunque casi nada le salga bien al personaje que interpreta Toni Colette y el final sea feliz pero "muy entre comillas".
La película contiene varios homenajes en forma de guiños a la discografía de ABBA (Muriel recurre a sus hits como ansiolíticos), precisamente en un momento en el que no era nada trendy reivindicar al cuarteto sueco. Rachel Griffiths (la Frida de pega en el fotograma) también está que se sale.