Días de mínima actividad y de culto a la horizontalidad. Una de las actividades (otras son pasividades) que se pueden hacer semipostrado, es hojear prensa. Un par de cosas que he visto impresas me han remitido a mi propio retablillo.
La primera no necesita explicación. En su día hice expresión de mis mejores deseos para la carrera de Mata en el Valencia C.F. y parece que mi plegaria está siendo escuchada. No vi el partido pero me desayuno (muy tarde) con esta contraportada de Público de 21/03/08.
La otra conexión no es tan inmediata. Reconozco que le tengo gran manía a los figurines de Jordi Labanda. Me sacan de quicio esas siluetas estilizadas y esas naricillas respingonas. Con motivo de la salida a las librerías de una colección de libros de ilustraciones suyas, El País (20/03/08) publica la foto de la portada de uno de los ejemplares de la serie: el que lleva por título La vida moderna. Hace unas semanas me detuve a reflexionar en alto sobre la sección que protagonizan Jaime Urrutia y Ariel Rot en La Ventana. El argentino seleccionó recientemente Mariposa Teknicolor de su excuñado Fito Páez (aunque afirmó textualmente que los cuñados lo son para siempre). En la introducción la definió como elviscostelliana y en un arranque de subjetividad afirmó que era la canción pop perfecta. A mí, que me gusta pero con más moderación, veo en el tema un retrato del artista: un fulano aficionado a las sustancias psicoactivas que de niño fue brillante en el conservatorio. Uno de los oyentes que llamó estableció cierta similitud entre el tema a homenajear y La vida moderna, que el rosareño compusiera junto con Joaquín Sabina (cuando estaban de buenas). La pista, que abría esa joint venture que tan mal acabara entre ambos crápulas, merece un indulto (o yo insulto). Los curiosos sabrán acceder a ella. Yo no he sido capaz (aunque reconozco que tampoco me he esmerado gran cosa por buscar un vínculo).
La vida moderna según Labanda. La vida moderna según Páez/Sabina. ¿Y en el medio queda algo?