Pregunta típica de los días hábiles de esta semana pasada:
- ¿Te vas a marchar algún sitio esta Semana Santa?
Respuesta sacada de mi muy poco convincente argumentario:
- Sí. Voy a hacer un viaje por el interior. Por el interior de mis meninges.
La imagen de arriba corresponde a una escapadita que hice (hicimos) al sur el año pasado algo más entrada la primavera. Pertenece a un anuncio insertado en una publicación dirigida a turistas y residentes extranjeros con intereses en nuestros tostaderos meridionales. Come and see the donkeys, así en inglés y descontextualizado podría contener algún matiz irritante para alguien que recele del turismo. Porque donkey también transmite la idea de estúpido y obstinado. Suspicacias y complejos aparte, el reclamo era bienintencionado ya que El Refugio del Burrito es una especie de santuario pollino.
Pues eso, a trip to El Refugio del Burrito is a perfect way to discover the beauty of Spanish interior. Aunque hay otras opciones. Yo he dormido lo que no está en los escritos, he paseado por Fuentes Blancas digestiones de platazos de balacao y corderazo, me he zambullido en la exotiquísima costa de San Amaro, he sorteado procesiones sin dejar por ello de pedalear y he sufrido, como cualquier otro fulano, los rigores de los meteoros propios de esta primera luna llena de la primavera boreal.
Que yo haya decidido no moverme no quiere decir que no disfrute de los viajes ajenos. El viernes por la noche tuve el placer de coincidir con el autor una coqueta bitácora de viajes. Under no circumstances should the photos or text be used without the express permission of the Author (S. R.). Es cierto que no le he pedido ni expresa ni tácitamente permiso a nidea para hurgar y manipular su propiedad intelectual, pero creo que no me lo tendrá en cuenta. La próxima vez que coincidamos relleno el formulario de solicitud.