La película en realidad se llama El baño del Papa, pero bien podría subtitularse El baño de papá, como podía leerse en la entrada de los cines Van Golem. Agradabilísima sorpresa en forma de tragicomedia sobre las necesidades humanas más básicas (y cómo aliviarlas).
Además de ésta sólo recuerdo haber visto en los últimos años otra película uruguaya, la desconcertante y estupenda Whisky. Si todo lo que se hace allá es así, bendigo el cine oriental. (Entiéndase oriental en su última acepción). Aunque nos lo dosifiquen tan con cuentagotas.