El irreductible celtíbero nos previno hace varios meses de que no intentáramos buscar este libro que aparece en la imagen en las bibliotecas públicas burgalesas. Yo lo veo casi a diario en el escaparate de un establecimiento de una de las principales vías de la ciudad. Encontrarlo ahí expuesto no sé si me produce alegría o tristeza. Es una satisfacción tan pírrica...
Viva el comercio libre. (Este en concreto, quiero decir).