(El País 14/07/08)
La Ley de Sociedades Anónimas cuando se dan determinadas circunstancias obliga a las empresas a cumplir ciertos formalismos de publicidad. La inserción de los anuncios de las decisiones acordadas es mera burocracia (para mayor gloria de los periódicos que los tienen que publicar).
En estos días de tanto runrún de empresas que se han quedado enjutas precisamente de absorber más de lo que su fibra daba de sí, aislo el encabezamiento de uno de estos farragosos y anodinos recuadritos (que nadie, salvo que se llame Aniano, se detiene a leer). Este documento le provocará una náusea a más de algún convecino.
Si alguien que pase brevemente por aquí, invirtió considerablemente más tiempo de su vida en la planta de Quintanaortuño, que se dé por saludado.
La Ley de Sociedades Anónimas cuando se dan determinadas circunstancias obliga a las empresas a cumplir ciertos formalismos de publicidad. La inserción de los anuncios de las decisiones acordadas es mera burocracia (para mayor gloria de los periódicos que los tienen que publicar).
En estos días de tanto runrún de empresas que se han quedado enjutas precisamente de absorber más de lo que su fibra daba de sí, aislo el encabezamiento de uno de estos farragosos y anodinos recuadritos (que nadie, salvo que se llame Aniano, se detiene a leer). Este documento le provocará una náusea a más de algún convecino.
Si alguien que pase brevemente por aquí, invirtió considerablemente más tiempo de su vida en la planta de Quintanaortuño, que se dé por saludado.