Con motivo de la festividad de San Bruno, santo al que en Burgos se le honra con gran fervor comiendo morcilla (por que he escuchado hoy en la radio, a San Froilán en Lugo se le celebra igualmente y por estas mismas fechas deglutiendo pulpo), doy a conocer la palabra que he decidido apadrinar.
Es sonora, visceral, nutritiva (y del gusto de León Gieco): mondongo.