25/10/07

How does it feel?


No. El fulano de la foto no es Andrés Calamaro. Tampoco es Enrique Bunbury. Aunque se les dé un aire. Unos pocos ociosos vespertinos nos hemos dado el capricho de ver en el salón de actos de la Casa del Cordón el documental de Martin Scorsese No Direction Home sobre la figura de Bob Dylan. La toma se tuvo que fraccionar en dos dosis debido a la duración del documento: la mitad el martes, la otra mitad el miércoles, para no saturar. Y a pesar del metraje, la mirada se detiene relativamente pronto: justo en el momento de la electrificación de Dylan, aquel acto insolente y herético para la mayoría de sus seguidores que tomó cuerpo, después de algún escarceo, en Highway 61 Revisited. Judas, le gritaba algún folkie digno (y a la vez indignado) desde las butacas de un auditorio británico. El documental da a entender que el joven Robert quizá no era exactamente lo que el público y la sociedad proyectaba en él. Tampoco se trata de un vehículo para el lucimiento y mayor gloria del músico de Minnesota. Joan Báez (¿lleva tilde Báez?) le cuenta cosas claritas a la cámara con un mohín de decepción. Por cierto, qué bien cantaba esta muchacha. Incluso al lado de aquel tipo desgarbado de la armónica

Y no. No se completó el aforo.