El personaje termina comiéndose a la persona. Gente que me identifica como Aniano suele señalarme u ofrecerme errores ortográficos en diversos soportes para que los coloque en el retablillo como si el concepto errata me complaciera. (Cosa que sólo es cierta dependiendo del contexto y de las posibles irrealidades paralelas que el equívoco genere). Así que por lo general no suelo hacer caso.
El viernes se me encalló la vista en un mínimo lapsus calami en Público en un espacio de autopromoción. Me alegra constatar que pasados un par de días (no lo compré el sábado), la pequeña equivocación fue subsanada. Enhorabuena. Esta entrada es una felicitación al puntilloso de la redacción.
Mi admirado SU(2) quizá sienta un pellizquito infinitesimalmente más intenso viendo la primera imagen que el resto de los habituales.