El alcalde de una localidad burgalesa (Patrimonio de la Humanidad por doble motivo), no solamente no es hijo del pueblo sino que nació en el Hemisferio Sur. No sin empeño, consiguió convencer a un paisano suyo, antes otorrinolaringólogo y ahora músico, para que viniera a actuar una noche en el patio de las antiguas escuelas en el marco de un festival dedicado a la percusión. El momento de mayor celebridad de este artista vino precedido de dos humillaciones: una de ellas impuesta por la organización del evento que finalmente le vino a premiar y otra autoinfringida al hacerle una reverencia en público al que fuera Príncipe de Minneapolis (no rebusquen en el Gotha), que fue quien le entregó el galardón. La temperatura mínima en Montevideo (ciudad natal del alcalde y del cantantautor) en pleno invierno austral bien pudo ser más agradable que la que hizo durante el concierto en el coqueto e historiquísimo pueblo del Alfoz de Burgos el 17/07/09.
...Creo que he visto un alud, al otro lado del río...