6/9/08

Cadena de favores


Hace un par de domingos le regalé la cadena con la que cando mi bicicleta a un peregrino italiano. El me la quería comprar pero a mí me parecía una cosa feísima vendérsela. Lo que sí le dije fue que me mandara una postal cuando llegara, además de subcontratar en él un rezo ante el santo. (Que uno es descreído pero no se opone a que quienquiera interceda por mí ante sus divinidades).

El encarguito della cartolina, lo ha cumplido. Grazie mille.