El mismo día que Rajoy reprocha a Zapatero que se comporta como un "hooligan" (palabra de graciosa etimología irlandesa), el senador, que no alcalde, Juan Carlos Aparicio posa para la prensa en clara actitud de estar reclamando una segunda amarilla.
Independientemente del posicionamiento político de quien esté al otro lado, supongo que hay consenso en que si hay alguien que se merece el epíteto de político hooligan, ése es Vicente Martínez-Pujalte. Habrá quien lo pronuncie con sumo desprecio y quien con socarrona condescendencia.
De la política al fútbol. No conviene olvidar que el Levante en la época en la que Martínez-Pujalte formaba parte de su directiva se vio envuelto en varios casos de partidos amañados. Del fútbol a la política. Las turbias circunstancias en torno a un encuentro de segunda división que enfrentó al equipo valenciano contra el Getafe llegaron a ser expuestas en el Congreso de los Diputados en el año 2002 en una comparecencia del Secretario de Estado para el Deporte.
El Levante, por otra parte es un equipo al que todo aficionado al fútbol burgalés con algo de memoria debería aborrecer. ¿Y si ese señor de bigotes hubiera tenido algo que ver en el último descenso federativo del Burgos C.F. que implicó la repesca del Levante U.D. que había perdido la categoría por propios deméritos deportivos?