El frío de diciembre de Burgos no le impide a los gatos callejeros echarse una siestecita en un escondite tranquilito y mullido (pero expuesto a la vista de quienes cruzan el puente de San Pablo) en las márgenes del Arlanzón. Sin embargo las temperaturas son lo suficientemente bajas para mantener fresquito el cava... o vino espumoso de Rueda, Rioja, Utiel-Requena, Almendralejo... o puede que hasta sea de Reims.
