Antes de la generalización de los SMS, el género literario más sucinto e intenso era el de los anuncios por palabras. Comparto dos pequeñas gemas publicadas por DB.
Pagar para evitarse una cola se me antoja feo. Que sea para la ópera es un considerable agravante. Se adivina cierto deseo de distancia en la redacción del reclamo.
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Admito que la palabra PULVERULENTOS no se utiliza todos los días. De ahí a que el juntaletras del periódico la sustituya por PURULENTOS con la misma alegría con la que lo haría el corrector ortográfico del Word, va mucho.