Artomoción suponemos que es automoción. Son cosas de Diario de Burgos. La errata sin embargo remite a aquel
anuncio de BMW que nos descubrió al populacho -a los que no conducimos berlinas de alta gama, ni nos interesa particularmente el arte moderno- a Theo Jansen. Dándole un giro de tuerca más, a mí las esculturas cinéticas de este señor holandés desplazándose por una playa sin bañistas me sugieren más el término
artromoción: arte artrópodo en movimiento.
Escucho en Dispenser la semblanza de un libro escrito por un personaje que nunca me ha tenido especialmente hechizado. La obra se titula
"Bicycle Diaries" y el autor es músico David Byrne. Por lo visto el influentísimo cantante de los Talking Heads es un apostol de la bicicleta: un
harto de la automoción. Hoy el voluble viento de las tendencias le sopla favorablemente de culo a los ciclistas urbanos. No tanto quizá en el N.Y. de los primeros 80. (Se ve que aparcaba la bici a la salida del CBGB's cuando iba a ver conciertos punk. Ahora esto parece muy cool; en su momento tanto lo uno como lo otro serían el colmo de lo
a contracorriente). Byrne es un declarado amante de las bicicletas plegables, de las que caben en una maleta. El libro versa sobre sus observaciones sobre el sillín pedaleando por calles de distintas ciudades del planeta.